
En muchas industrias, las enfriadoras industriales sirven como columna vertebral de las operaciones y mantienen las condiciones óptimas para garantizar una producción fluida. Sin embargo, éstas se enfrentan a un enemigo que a menudo se pasa por alto: el calor.
Los daños causados por el calor pueden resultar un desastre para las enfriadoras industriales, provocando reveses financieros y operativos que pueden paralizar las fábricas.
Puesto que entendemos los efectos devastadores del daño por calor en estas máquinas vitales, estamos tratando de arrojar algo de luz sobre los efectos del calor en este problema y ofrecer soluciones.
El daño por calor a las enfriadoras industriales no se debe solo al mal funcionamiento de una máquina; se trata de retrasos en la producción, extracostes y calidad del producto comprometida. Se trata de empleados de la planta de producción que se encuentran con situaciones límite y de los efectos en cadena que sienten tanto los clientes como las empresas.
Es por eso por lo que intentamos ofrecerle la guía más completa sobre cómo proteger sus enfriadoras industriales contra daños por calor.
1. Entender la amenaza
Antes de profundizar en las soluciones, es fundamental comprender completamente el problema.
El calor, el omnipresente subproducto de numerosos procesos industriales y condiciones ambientales, representa una amenaza importante para el rendimiento y la longevidad de las enfriadoras industriales.
El estrés relacionado con el calor puede provocar una multitud de problemas, desde una disminución de la eficiencia y averías, hasta un fallo total del sistema.
El calor afecta a las enfriadoras a nivel molecular. A medida que aumenta la temperatura, los materiales se expanden.
En el caso de un chiller, esto podría significar que los sellos se aflojen, las piezas metálicas se deformen o los componentes eléctricos se sobrecalienten.
Además, el exceso de calor puede provocar la degradación de los lubricantes esenciales para el funcionamiento de la enfriadora, aumentando el desgaste de los componentes.
Las consecuencias de ignorar la protección térmica de sus enfriadoras son evidentes. Ahora, exploremos cómo podemos cambiar el rumbo.

2. La ciencia detrás de la protección contra el calor
Para combatir el calor, debemos comprender los principios fundamentales de la transferencia de calor, específicamente la conducción, la convección y la radiación. Estos principios forman la base de varios métodos de protección térmica y entenderlos es clave para implementar estas medidas de manera efectiva.
1) Conducción:
Este es el proceso por el cual el calor se transmite directamente a través de una sustancia cuando existe una diferencia de temperatura entre objetos contiguos, sin movimiento del material. En el contexto de las enfriadoras, esto podría significar que el calor del ambiente se conduce hacia los componentes del chiller. El aislamiento es un método común utilizado para reducir la conducción de calor.
2) Convección:
La convección implica la disipación de calor mediante el movimiento de fluidos. Por ejemplo, una enfriadora refrigerada por ventiladores utiliza el principio de convección forzada para disipar el calor de la unidad.
3) Radiación:
Se trata de la emisión de energía en forma de ondas electromagnéticas. Si bien no es tan importante como la conducción o la convección en la mayoría de las aplicaciones de enfriadoras, algunos entornos de alta temperatura podrían aumentar la transferencia de calor por radiación.
Estos principios no son sólo teóricos, tienen aplicaciones prácticas en el diseño y mantenimiento de enfriadoras.
Por ejemplo, comprender el principio de conducción puede guiar la selección e instalación de materiales aislantes.
De manera similar, el conocimiento de la convección puede ayudar a optimizar la ubicación de las enfriadoras para lograr el máximo flujo de aire y enfriamiento.